(S. 7)   A las 7,20 h. empezaron a llegar los sufridos caminantes    al  lugar de costumbre, a las 7,35 h.  cuatro   intrépidos, osados y atrevidos  senderistas optaron caminar hacia las márgenes   del Arroyo Pedroches con ánimo utópico de llegar hasta el lugar de su  nacimiento en Torre Árboles, punto geodésico de Córdoba,  con una altitud de 693 metros, para poner a  prueba sus facultades físicas y también comprobar el funcionamiento de un GPS de  nueva adquisición de uno de los caminantes, bien sabían los aventureros las  dificultades e imposibilidades de llegar al nacedero de este arroyo. 
   Este grupo decidió entrar por el Barrio del  Naranjo hasta llegar a  la senda que  conduce al colegio del Maimón, para   después bajar por la piramidal   fuente de La  Palomera continuando por el sendero que conduce a su  desembocadura en el Pedroches, allí giro a la izquierda para caminar terrenos  próximos al cortijo de La  Trinidad, atrás fue quedando la Cueva que por cierto está  hecha un asco de suciedad,  y la fuente  que emana agua en abundancia, desconocemos de momento como se llama hemos  consultado el mapa topográfico y al parecer se denomina fuente de  La  Trinidad.
   El amigo Herminio por motivos laborales tenía que  regresar cuando las manecillas del reloj marcase las 9 h. y así lo hizo una vez  pasada la pista que conduce a las Canteras y Santo Domingo, no sin antes  enseñarnos sobre la marcha alguna que otra planta de la familia de las  acantáceas cuyas hojas siempre sirvieron en la antigüedad de ornamentación en  los capiteles,  también comentamos el  tempranero canto de los pájaros silvestres, cerca de estos entornos comentamos   pasaría el acueducto romano  AGUA NOVA DOMITIANA AUGUSTA, y como no, la  muy  buscada y nunca encontrada fuente de  Los Mártires, más o menos suponemos donde debió estar.   .
   Avanzando llegamos a un lugar propicio por su sombra para  hacer la PARADA Y  FRUTA,   poco después vimos que las escasas aguas de un  arroyo se unían al Pedroches, probablemente fuera el Ventilla, de modo que nos  pasamos al otro lado para ir caminando sobre un sendero algo dificultoso  salvando roquedales y estrechos pasos llenos de vegetación agresiva y pinchosa,  cada vez se iba haciendo más impenetrable su andadura hasta llegar a caminar por  encima de la montaña bastante resbaladiza por cierto.
   Las antenas de radiotelefonía  encima de la montaña nos indicaban que muy  próxima estaba aquello que en sus tiempos fue    la estación ferroviaria de Los Pradillos, ahora el paso ya se hacía poco  más o menos que imposible hasta el extremo que un buen tramo lo hicimos por  lecho  seco del arroyo, teniéndolo que  interrumpir dado que en algunos sitios formaba pozas intransitables,  circunstancia que nos obligó a tomar montaña hacia arriba, camino más propicio  para el ganado  caprino que otra cosa por  llamarlo de alguna manera, teniendo que desistir en el empeño ya que el sol caía  verticalmente  y mucho trecho nos quedaba  por andar y sin saber donde poner los pies.
   Retrocedimos, y tras andar largo trecho  llegamos a  un sendero que conducía  a una especie de Cortijo Vaquería por  supuesto siempre  en duro ascenso hasta  culminar encima del trazado ferroviario, llegamos a lo que en su tiempo fue  aquella estación de Los Pradillos,  ahora  la desolación y la ruina y los escombros presentan un triste aspecto,  charlamos un rato con uno de los trabajadores  de la  Vaquería viejo conocido de uno del grupo, proseguimos caminando  por el balasto hasta salir a la  Carrera del Caballo para retomar nuevamente el sendero andado  anteriormente por la margen del arroyo Pedroches, cruzamos el Puente Hierro, el  Castillo Maimón, Barrio el Naranjo, Circuito La Asomadilla, Cruz de  Juárez y prestos en busca del otro grupo que   nos esperaba para tomar el refrigerio en Casa de Paco.     
  
  
   
 
   tunel de los Pradillos y                                                              paisaje del arroyo Pedroches
tunel de los Pradillos y                                                              paisaje del arroyo Pedroches
 
Enhorabuena Aurelio por el relato
ResponderEliminarParece que lo estamos viviendo. Lastima que no llegaseis a Torrearboles, pero lo importante es mantener ese espíritu aventurero