SENDERISTAS.-
Grupo A.-Romero-Aurelio-Ponferrada-Félix-Cosano-Guillermo-Gañán.
Grupo B.-Borrego-Jiménez-Aguilar-Moreno-Luque-Lorente.
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En torno a las 7,55 h. ya estaban los caminantes del Grupo Raíles concentrados para su salida en la Avd. del Brillante momento que un curioso transeúnte con sorna y guasa dijera je, je.
¡¡Ya están aquí los del frente de juventudes!!
¿a dónde caminarán hoy?.
No faltó quien con disimulo agrado y mucha guasa le respondiera señor, estos caminantes o senderistas no son los del frente que usted menciona, unos son los Épicos que van de marcha con los de la Cuchara y El Tenedor, estos últimos van a Santa María de Trassierra para inaugurar el nuevo curso.
Sorprendido y algo mohíno quedó el hombre ante tal revelación prosiguiendo después un tanto contrariado su camino.
A la hora concertada y concretamente a las 8,05 h. todos salieron en mogollón camino de La Cuesta de Reventón.
Muy próximos al hostal de la Arruzafa se unió Antonio Moreno Palos que esperaba con impaciencia, después pasó Manolo Molina ejercitándose en el pedestrismo corretón mañanero y saludando al personal sobre la marcha trotona.
A las 9,15 h. algunos culminaron la demoledora cuesta de Los Pobres y se fueron al lugar de siempre para hacer PARADA Y FRUTA.
Fray Gullón remontó la cuesta del Reventón marcando el paso y braceo al más puro estilo militar del clásico cabo gastador, su bastón telescópico metálico ejercía las funciones del imaginario fusil.
Completado el cupo en lo alto de la Sierra, Rafael Jiménez ofreció dátiles de Elche en una tarrina y Enrique plátanos canarios, Manolo Ponferrada uvas pasas de Málaga y Pepe Romero dulce de membrillo de Puente Genil, era necesario reponer glucosa al haber recorrido los primeros siete kilómetros en continua y dura subida, Manolo Borrego entró tullido y maltrecho a causa de las dolencias en la rodilla de una pierna.
Ambos grupos se dispersaron para continuar cada uno con su ruta prevista, el retorno del Grupo A se hizo a través del sendero de Las Piletillas, Los Morales y La Castilleja, donde tres caminantes harían un giro hacía la izquierda para dirigirse a Calasancio y proseguir, no sin antes despedirse hasta la marcha del próximo jueves, el resto continuó para finalizar en el mismo lugar de donde se inició la salida, y aquí se acaba la historia de un martes once de octubre vísperas de la Virgen del Pilar.
Se sabe con seguridad certera que los del Grupo B llegaron al Mesón de Casa Vicente bastante antes de la hora de fajina, teniendo entendido que si el mesonero se descuida un poco, vacía le dejan la despensa.
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