EN EL DÍA DE
SAN JUAN
Ya en el camino de regreso cruzamos el inhóspito Parque de la Asomadilla sin una sombra donde poder protegernos del sol, nos dirigimos: unos a casa y otros a Casa de Paco Pon para celebrar la onomástica de Juan Serna, nos sirvieron los líquidos refrescantes, le cantamos FELIZ, FELIZ, EN TU DÍA y nos despedimos hasta la próxima.
SENDERISTAS.-
Avrelvs-
J. Ruiz- M. Ponferrada-
A, Corpas- Félix- J. Serna- Gillermo-
R.
Jiménez- M. Molina y J. Gañán.
HORA
PREVISTA DE SALIDA.-7,30 h.
Hoy
se incorporó al grupo el amigo Antonio Corpas González después de
su larga ausencia mucho nos alegramos, también que los temas de la
salud familiar vayan mejorando.
Con
puntualidad británica puso el grupo andariego la brújula en marcha
hacia Calasancio a través de la Asomadilla, Barrio del Naranjo y
calle Dean Martínez, al pasar junto a una de las parcelas frente al
Castillo Maimón nos llamó la atención un mulo de gran alzada y
buen pelaje que placidamente pastaba la seca hierba, a jurar por
aquello que debajo de la panza le colgaba, creímos que este
animal estaba empezando a entrar en paraje.
Atravesamos
la calle Villanueva de Córdoba hasta salir a la carretera de Los
Villares desde donde Juan Gañán Bejarano se despidió para atender
asuntos propios, dejamos a tras los chalets de Tamarindo y la
Refajona, y a la altura Convento de Las Salesas nos desviamos a la
derecha para adentrarnos por terrenos de monte y campo
correspondiente a los feudos de la Viñuela donde pastaba un rebaño
de ovejas de reciente esquilado.
Seguimos
caminando por aquellos andurriales apreciando desde la distancia un
rocín de blanco pelo y su jinete, pastaba el animal la seca yerba
con placidez mañanera.
Hoy
iba el día de caballos, burros y mulos no tardaríamos mucho en
encontrar a estos otros dos de distinta calidad, mejor pelaje y
mejores arreos y guarniciones de montar, ahí queda en la foto.
Seguimos
nuestro paseo salvando escollos como las cabras serreñas y cruzamos
el arroyo que baja del Tocornal muy escaso de agua, para después
salvar las muchas dificultades que ofrece el terreno para llegar al
Mirador del Pozo, aquí nos detuvimos con brevedad para beber
agua a la sombra de su exuberante higuera, buen lugar para tomar el
fresco de la mañana y comer algunos de sus higos.
Luego
reanudamos el camino por una ancha vereda dando vista al blanco
Cortijo de la Viñuela y en sus entornos, en algunos sitios también
se aprecia la desnudez de algunos Alcornoques al haberle
sacado recientemente el corcho.
Íbamos
en busca del Sendero Nido del Águila cuando echamos de menos a
Avrelvs, le hicimos un par de llamadas por el móvil y no contestaba,
retrocedió Corpas, Félix y Guillermo a su busca hasta que dieron
con él, había dado un rodeo en busca de un desconocido y nuevo
sendero, al momento sonó el móvil de Félix, tuvo que volverse a
su domicilio.
A
las 9,20 h. hubo reagrupamiento PARADA Y FRUTA en la explanada
Santuario de Santo Domingo, luego continuamos para ir subiendo hacia
el Sendero Jareño, pasamos junto a la antigua cantera y su tremendo
boquete dando vista a las Mesetas Blancas por un lado y al Santuario
por el otro,
Después
de haber andado algunos kilómetros por aquellos solitarios parajes
donde castigaba el sol con fuerza tomamos un desvío a la izquierda
que fue lo más parecido a un laberinto de veredas y veredillas
cubiertas de extensa vegetación que impiden la entrada de los rayos
solares, este nos vino a llevar al Sendero arroyo Pedroches.
Ahora
ya en este tiempo veraniego no se escucha en sus sotos el canto del
ruiseñor ni del jilguero, los pajarillos ya abandonaron la nidada,
se secaron las alegres florecillas silvestres, solo se ven algunas
flores de acantos y gracias a que sigue corriendo tímidamente el
agua del arroyo dejándose oír con escasa sonoridad el rumor del
agua y el croar de las ranas.
A
la sombra de un bosque de ailantos junto al arroyo Fuente de la
Palomera sesteaba el rebaño de ganado y el pastor, pudiendo hacer
la foto para el recuerdo bajo la protesta y ladridos intimidadores
del perro guardián, un Mastin de enormes proporciones.
Ya en el camino de regreso cruzamos el inhóspito Parque de la Asomadilla sin una sombra donde poder protegernos del sol, nos dirigimos: unos a casa y otros a Casa de Paco Pon para celebrar la onomástica de Juan Serna, nos sirvieron los líquidos refrescantes, le cantamos FELIZ, FELIZ, EN TU DÍA y nos despedimos hasta la próxima.
¡¡¡ HASTA OTRA
!!!
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