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martes, 28 de enero de 2014

Córdoba, martes día 28 de febrero de 2013 - SANTA MARÍA DE TRASSIERRA- RIBERA RÍO GUADIATO- DESEMBOCADURA ARROYO BEJARANO-SENDERO ARROYO BEJARANO- MINAS ROMANAS- MOLINO BATANERO- NACIMIENTO DEL ARROYO BEJARANO- EL JARDINITO- LOS LAGARES DE LAS ERMITAS- EREMITORIO PADRE CRISTOBAL- AL-AMARIYYA- PIQUIN- CUESTA DEL REVENTÓN- BOSQUE DEL PATRIARCA- SAN FRANCISCO DE LA ARRUZAFA- CIRCUITO HUERTA DEL TABLERO- FUENTE DE LOS PICADORES. KILÓMETROS REALIZADOS.-20 km.

 SENDERISTAS.-
J. Romero- Avrelivs- 
R. Muñoz- J. Ruiz- Félix- 
Antº. Moreno y J. Gañán. 












Reanudamos hoy martes  las aficiones senderistas como viene siendo normal costumbre aunque alguno  casi las haya olvidado por causas  ajenas a su voluntad y por motivo cercano a los tres cuartos de pulmonía; ya  muy dispuestos nos dimos cita en la Plaza de Las Tres Culturas a las 8,10 h. para tomar el Bus con destino a Santa María de Trassierra desde donde realizaríamos una marchita a través de las Riberas del Río Guadiato y del arroyo Bejarano hacia  las proximidades antiguas minas romanas de cobre en la  fragosidad serrana  de la intensa sierra de Córdoba y el nacedero del arroyo Bejarano.



Sobre las 9 h. llegamos a Santa María de Trassierra donde mucho nos llamó la atención esa bonita réplica del famoso elefante de época califal que en otros tiempos presidió la fuente de dicho nombre en esta serranía cordobesa, nos hicimos la foto para el recuerdo comentando las muchas  vicisitudes de robo que a lo largo de su historia ha sufrido el elefante; en la actualidad se encuentra en el  patio del Museo Diocesano de Córdoba.


Pronto iniciamos la marcha en una mañana algo grisácea enturbiada por algunos nubarrones y con baja temperatura  para ir directamente en busca de la ribera del río Guadiato,  alguno parce tener contacto extrahamuno con los perros ya que  en la misma parada del Bus ya nos estaba esperando un perrito de rubio y duro pelaje  que sin permiso se agregó como mascota acompañante, pronto se pegó al que esto cuenta y relata llamado Aurelio quien debe tener especial talismán para con estos animales. 


Cuando nos vinimos a dar cuenta apareció entre los árboles la silueta del río Guadiato, estaba  apacible, tranquilo, ancho y reposado con aguas transparentes  y limpias  color verde turquesa, al fondo y a la izquierda de nuestra marcha se mostraba como   un gigantón en la altura  el Cerro de Pedro López, algunos recuerdos trajo a la memoria aquel lugar cuando  en compañía de Juan Pastor Ayllón como conocedor de aquellos pedregosos senderos nos hizo sudar la gota  gorda.


En este tiempo invernal el sendero de la ribera del río Guadiato en algunos sitios nos muestra su cara más amable y generosa  a modo de esponjosa alfombra formada por la abundante caída de hoja seca que se acumula en el suelo, la planta del pie y el puto espolón  mucho lo agradecen, en otros muchos sitios el piso del sendero se va convirtiendo  en pura y dura piedra granítica con salientes dificultosos que es necesario esquivar hacia uno y otro lado.


Seguimos adelante pasando junto a la hermosa piedra donde otras veces hemos hecho la comida campestre y  continuamos viendo como los patos salvajes levantaban el vuelo al observar nuestra presencia, luego pudimos advertir con alegría que todavía permanece la antigua liana colgando de un árbol  a la orilla del río y que sirve a la gente joven para lanzarse al agua  como en aquellas antiguas  películas de Tarzán, esta seguro que tiene por lo menos dos quinquenios de antigüedad.


Llegamos al lugar donde el arroyo Bejarano finiquita su recorrido entregando sus aguas sobre el río Guadiato no habiendo otro remedio que cruzar el arroyo de una a otra orilla para situarnos en el sendero del arroyo Bejarano, aquí como otras veces vino el número circense de equilibrio, afortunadamente todos pasamos sin mucha dificultad y sin mojarnos los pies y sin bañarnos  que era lo importante.


Al llegar a la zona de las antiguas minas romanas de cobre conocidas como el Martinete nos detuvimos para reponer las fuerzas (PARADA Y FRUTA) y también foto escuchando el rumor de las aguas que descendían haciendo cabriolas desde todo lo alto.


Las Veredas se van sucediendo una tras otra y van apareciendo carteles informativos con indicación de su nombre como La Pasada del Pino, el Rincón del Duende la Calzada Romana etc. y alguna que otra  antigua fábrica de paños donde las alambradas para evitar que,  el ganado invada el sendero esto rompe bastante la armonía del lugar pero esto es lo que hay.


Cuando llegue la primavera será una delicia caminar por estos parajes observando  la eclosión floral, ya nos daremos alguna vuelta sin prisas ni carreras animando a los chicos de LA CUCHARA para que vengan incluyendo comida campera o campestre para quien lo prefiera, ya lo dijo Julio Cesar, “Afortunados los hispani para quienes comer es vivir”.


Tras atravesar alguna que otra cancela llegamos al nacimiento del célebre arroyo Bejarano, esto es una  preciosidad que hay que mimar nos detuvimos para contemplar la cascada y hacer la foto, luego desde  este lugar tomamos el camino de regreso hacía Córdoba dirección al Bañuelo a través de Los Lagares de Las Ermitas y el Jardinito, hoy Antonio Moreno Palos  nos metió por pleno monte sin vereda ni sendero que nos vino a llevar al Eremitorio del Padre Cristóbal.


Desde aquí a un intrincado laberinto de veredillas vinimos a salir a la Al-Amiryya y desde esta a la carretera CO-3314 pasando por Piquin donde pastaba un hermoso rebaño de bonitas ovejas y borreguitos a la recacha del tímido sol mañanero,  proseguimos con nuestra caminata para ir bajando por la Cuesta del Reventón hacía el Bosque del Patriarca y el Circuito Huerta del Tablero para finalizar la etapa a las 13,30 h. en la Fuente de Los Picadores.


                   ¡¡¡HASTA OTRA AMIGOS!!!
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