domingo, 1 de agosto de 2010

DIA 31 JULIO - KMS. 20-CÓRDOBA-MESETAS BLANCAS Y REGRESO


(Senderistas 7) Desde el anterior  sábado día 24 de la semana pasada se acordó volver a repetir este recorrido a fin que Juan Ruiz Lopera grabase la ruta en su GPS,  a través del sendero Arroyo Pedroches,   bien  sabemos que son muy variadas las rutas que nos permiten llegar hasta  las cumbres de Las Mesas Blancas, no obstante en este tiempo donde el sol calienta con fuerza y partiendo del origen de nuestra agrupación es el itinerario más conveniente. 

A las 7,35 h. partimos de la Avenida del Brillante lugar de nuestro encuentro para después adentrarnos por ese tupido sendero del ya mencionado arroyo;  durante las tempraneras horas de la tibia mañana al menos por estos entornos  se escuchaba con insistencia y constancia el insulso y poco atrayente canto del pájaro  Petirrojo, así como  otros de esa casta conocidos como mosquiteros, al pasar junto a la Covacha y la Fuente de La Trinidad el amigo Herminio nos hizo la foto dejando el momento inmortalizado.

 Continuamos la caminante marcha atravesando la despiadada y antipática pista que un día se utilizó para el transporte de balasto extraído de la muy conocida-cantera frente a Santo Domingo, atravesamos esta y al poco tiempo el amigo Juan Ruiz Lopera, indicó ser hora de hacer una parada para tomar algo, entonces nos detuvimos casi donde se encuentra los seis eucaliptos próximos al arroyo Barrionuevo - donde este se hace tributario del Pedroches, PARADA Y FRUTA, en este lugar el monte se hace más montaraz  y Félix oyó el gruñir de los jabalíes en un momento de silencio.

 Reanudada la marcha  después de habernos situado en la margen opuesta del arroyo,  fueron   quedando atrás   viejas ruinas como las del decrépito y abandonado  cortijo Valero, así como algunos pozos en desuso desde hace muchos años, al fondo aparecía la silueta  de Torre Árboles, arriba y hacia nuestra derecha la finca  de Los Pradillos, donde discurre el trazado ferroviario Córdoba-Almorchón - desnudo de carriles, siendo el  lugar de referencia  para cruzar hacía la margen opuesta del arroyo y tomar un sendero en continuo ascenso que nos conduciría hasta la primera altiplanicie y hacer una nueva visita a la Cueva,  en aquel lugar la vegetación es extensa y  abundante en coscoja y lentisco,  algunos algarrobos habrán rebasado los doscientos años o más. El amigo Manolo Borrego no se privó de probar las vainas de un probable bicentenario de este árbol.

Después subimos a la cumbre de la Meseta donde Félix observó un erizo ya cadáver, los acrobáticos vuelos constantes de los abejarucos hacían las delicias de Herminio. .

Las vistas desde aquellas alturas estimo son dignas de inspiración para pintores de paisajes, con un poco de imaginación calenturienta  suponemos que en otra época pudo ser lugar muy propicio para el escondite de bandoleros, las negruras de las inmediaciones y entornos de la  Cueva hablan sin necesidad de palabras.  

La bajada la hicimos por la cara Sur  situándonos en el mismo sendero que en principio utilizamos para finalizar la etapa en Casa de Paco. 

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