MARCHA SENDERISTA CLUB VERTICALIA EN
COLABORACIÓN CON EL BANCO DE ALIMENTOS MEDINA AZAHARA
LUGAR DE SALIDA.-
Rotonda Rosa de Siria
(Barrio del Naranjo)
HORA PREVISTA.-8
h.-
PARTICIPANTES
INSCRITOS.-80
PARTICIPANTES
EFECTIVOS.-65
PARTICIPANTES GRUPO DE SENDERISMO RAÍLES.-
Aurelivs - Felix
J. Ruiz - A. Espejo.
J. Ruiz - A. Espejo.
RUTA REALIZADA:
CAMINO CASTILLO MAIMÓN-LA PALOMERA ALTA Y
BAJA-TERRENOS DE LA VIÑUELA-MIRADOR DE SAN JOSÉ -NIDO DEL ÁGUILA-SANTUARIO DE
SANTO DOMINGO-CUESTA DE CEMENTO-HUERTA DE JESÚS MARÍA Y JOSÉ-SENDERO ARROYO
BARRIONUEVO-RUINAS CORTIJO DE LA VENTILLA-ASCENSO A LAS MESETAS
BLANCAS-DESCENSO HACIA EL BARRANCO DE LOS PRADILLOS-SENDERO DEL ARROYO
PEDROCHES-TERRENOS DEL ORIVE BAJO-BROCAL DEL POZO- LA TRINIDAD-SENDERO DE LA
PALOMERA- FIN DE ETAPA Y PEROL DE CONVIVENCIA EN EL CORTIJO DE LAS SOLEDADES JUNTO AL DE VILLA JULIANA- KMS.
18.
A
las 8,20 h. da comienzo la salida del numeroso
grupo de trotacaminos de la Rotonda Rosa de Siria donde algunos salieron con tal velocidad y fuerza que parecía iban a batir algún récord o cual se tratara de alguna carrera pedestre,
tomamos el camino hacía el Castillo del Maimón para luego después descender por
una empingorotada y pedregosa cuesta que
nos conduciría al sendero del Arroyo de la Palomera Baja y su piramidal fuente, momento este cambiamos el rumbo para ir caminando en subida
continua entre encinas y olivares a
través del Sendero de la Palomera Alta con dirección a terrenos de la Viñuela y al Mirador
de San José.
Por
aquellos lugares apareció un joven y gracioso burrito que se ve en la foto
siendo la atracción de todo el grupo de caminantes.
Pronto
se abandonarían estos feudos caminando en ascendente pero suave marcha
hacía distintas direcciones desde donde enlazamos con el sendero SL-A
92 de Las Salesas, aquí proseguiríamos
a buen paso hasta el Mirador de San José donde hubo breve detención para
agrupación de los caminantes.
Una
vez agrupados se reanuda el camino para ir en busca del Nido del Águila y
del
Bosque Encantado, esta estrecha vereda nos
llevaría al lugar que los del Grupo de Senderismo Raíles
le solemos llamar con razón o sin ella el Olivar del Tío Maromo, y
este adelante hacía el Cortijo “El Paraíso” y las Nuevas Urbanizaciones
de Santo Domingo, lugar este donde hace algunos años una vez el
amigo Juan Serna fue el primero en encontrar
una escopeta de caza oculta entre la vegetación.
Algo
más adelante ya pudimos ir dando vista
en todo lo alto de una loma a la Ermita
de la
Magdalena y la de San Álvaro, y un esfuerzo más para subir unos empinados repechos hasta llegar a la explanada
Santuario de Santo Domingo a las 9,40 h.
Una
vez realizado el reparto realizamos la
visita a la capilla del Santuario
donde nos esperaba el dominico Padre
José Antonio Segovia, este nos explicaría con minucioso detalle toda la
historia de este Santuario de Escala Coeli
y de su fundador San Álvaro de
Córdoba, también de todos aquellos entornos que
rodean al santuario cuyos
orígenes se remontan al año 1427.
Finalizado el acto, el fraile dominico agradeció nuestra visita y progresivament fuimos saliendo para continuar con la prevista marcha, también llegaría el momento de descender a través de la Cuesta
de Cemento.
Al llegar a la zona de abajo de esta cuesta se
bifurcan los caminos en tres direcciones, es decir a la derecha hacia las
Caballerizas y alternativamente hacía la
Cueva o Ermita de San Álvaro, a
lado izquierdo hacía la Cuesta de Cabriñana o del 14% aquí nos desviamos hacía la huerta de Jesús María y José, lugar este
donde proseguimos en compañía del agradable
murmullo rumoroso del arroyo Barrionuevo.
Tras
las lluvias de estos días ya bajaban los arroyitos felices y contentos
donde al arroyo Barrionuevo se le unirían las aguas del llamado
arroyo de Las Porras, también algo más abajo el de la
Ventilla, ambos hubimos de cruzar mojando las botas y poniendo en valor
la eficacia del goretex.
Desde
aquí comenzó la ascendente marcha en
principio hacia las ruinas del Cortijo de la Ventilla, luego su no menos pronunciada bajada que culmina casi en un
llano lugar este desde donde
comenzaríamos la subida a las célebres Mesetas Blancas culminada a las 11,30 h.
En
aquel lugar sin duda alguna las vistas que se ofrecen son espectaculares, ahora
en este tiempo la nueva hierba verdea
que es una hermosura y las máquinas de fotos se disparan una y otra vez hacia los
cuatro punto cardinales.
A
la voz del rutero Sr. Padilla, comenzamos el descenso por la cara norte dando vista a
las antenas de radio televisión y la antigua estación de ferrocarril de Los
Pradillos, al fondo el profundo barranco
donde discurren las aguas del arroyo Pedroches.
Durante
la larga bajada no hay otro remedio que extremar
la
prudencia bajando despacio, este lugar es muy susceptible de resbalones y
caídas requiriendo para mayor seguridad llevar calzado sin desgastes en las suelas ni
en tacones, a pesar de ello hay quien lo
hace como los gatos monteses dando
saltos de roca en roca revisando al paso las esparragueras.
Una
vez abajo cruzamos cada cual como pudo las aguas del arroyo Pedroches y
esperamos largo rato al resto de la expedición para concretar el lugar de la continuación ya que existen diversas
alternativas, una vez aclarado el lugar de continuidad seguimos adelante a través del conocido sendero del Arroyo Pedroches,
En
algunos lugares las rocas graníticas en
medio de la muy estrecha vereda mucho
dificultan el paso, ahora caminamos entre dos montañas viendo al fondo el
discurrir del Pedroches, lo más destacable por aquí son sus
pozas de agua remansada donde reposan las ranas tomando el sol, alguno ahí abajo hace ya algunos
años se dio un baño con las mismas ropas que Adán vino al mundo del insoportable
calor que tuvo que soportar caminando por este mismo lugar.
Tras
caminar largo rato por aquellos
solitarios parajes va cambiando el paisaje cuando por fin finalizan los salientes graníticos en medio del
sendero, este ya va resultando cada
vez más benevolente y menos agresivo, en algunos
sitios aparecen las huellas indelebles de tiempos pasados de vida agropecuaria.
Todavía
quedan algunos que otros brocales de pozo y antiguas canaletas de conducción de
agua que dan testimonio de ello, más arriba existen las ruinas del viejo cortijo Valero.
Algo
después de llegar a los cinco grandes eucaliptos
entre junqueras y adelfas hubo que
cruzar a la margen opuesta hasta donde las aguas de los arroyos de Santo
Domingo y Pedroches se unen casi debajo
del gigantón Puente de Hierro.
Allí
hubo larga espera al resto de aquella
expedición para asistir al perol que
tenía lugar en las cercanías del cortijo llamado Villa Juliana, cerca de la
antigua estación de Mirabueno junto al puente de Hierro, y allá que fuimos a
parar, a resultas fue algo más allá siendo en el cortijo llamado Las Soledades.
Ya
nos esperaba un enorme arroz que resultó delicioso, nos pusimos en cola como en
los cuarteles cuando salen de campaña mientras tanto el ranchero o racionero por definirlo de algún modo, en este caso ranchera
fue repartiendo en los platos y comimos de pie como mandan los cánones.
No
sobró arroz ni para el perro del hortelano que por allí apareció, este
nos miraba con cara de sorpresa y de extrañeza, le echamos algún trozo
de pan y le
hizo asco, alguno le dijo tú no tienes mucha hambre muchacho.
Llegó
el momento del postre y del zumo en vez del café también de abandonar el lugar donde al salir por las puertas vi un vetusto rótulo indicando llamarse aquella
finca LAS SOLEDADES, de inmediato me
vino a la cabeza que en ella sería donde
D. Luis de Góngora y Argote entre los siglos entrelazados XVI y XVII pasaría largas temporadas y donde posiblemente sus paisajes le inspiraron al dramaturgo del siglo de oro en
escribir sus Soledades y la Fábula de Polifemo y la Galatea.
¡¡¡HASTA OTRA
OCASIÓN!!!
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