(SENDERISTAS 4) Hoy se determinó caminar hasta Cerro Muriano, en parte a través de la ruta Mozárabe de modo que, tomamos la marcha para encajonarnos por ese trazado antiguo ferroviario que hoy ya debería ser ruta verde, es posible que existan justificadas causas desconocidas por los senderistas y que hayan impedido durante tantos años construir la tan demandada ruta.
Acaso tendremos que darle la razón a Almanzor ese del siglo X que instauró en Córdoba la dictadura de aquellos tiempos, recordando que cuando arengaba a sus gentes decía “SED RAZONABLES, PEDID LO IMPOSIBLE, Y OS SERÁ CONCEDIDO”, entonces salió un jovenzuelo en representación mayoritaria del pueblo pidiendo que querían el mar, el Amirí no atrancó y dijo, “BIEN, CONCEDIDO, PERO VOSOTROS TENEIS QUE TRAER EL AGUA A CUBOS, esto es poco más o menos lo que está sucediendo con la ruta verde del Muriano. Atravesamos el Puente de Hierro que salva el arroyo Pedroches donde existe algún cartelito informativo, continuamos para desviarnos caminito del Santuario de Linares, a nuestra izquierda quedaba la fealdad de ese barrio que hace algunos años se construyó en Torreblanca, siendo lo más parecido a una panal de abejas que a cualquier otra cosa, igualmente esa especie de panteón estilo grecorromano en recuerdo a un constructor, ahora atravesando senderos y senderillos llegamos cerca del Santuario y nos sentamos en el poyete del arroyo, donde todavía se oye el rumor de sus tímidas y escasas aguas, allí hicimos nuestra PARADA Y FRUTA, como se trata de un lugar donde está sobrado de historia en todos los aspectos, hubo tema de charla; en el Cerro de San Fernando ondeaba una bandera con los colores rojos y gualda.
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puente romano |
Proseguimos en dura subida por la Cañada Real Soriana, no sin antes dejar a nuestra izquierda el Cortijo de Los Velascos y el puentecillo romano para después subir por la célebre Loma de Los Escalones. Al pasar próximos al viejo algarrobo lo saludamos casi con reverencia, también vimos ese desastre ecológico que han causando las explotaciones cementeras en aquellos entornos, al menos podían haber dejado aquello de la forma más parecida a su origen cuando esquilmaron la veta, ahora han dejado una barrancada de mal gusto con unos cartelitos informativos de risa, desluego irán dedicados a las nuevas generaciones porque desluego a los mayores no nos van a engañar, en la próxima salida le haré una foto para adjuntarla hoy no disponía de máquina fotográfica.
Al llegar junto al desfiladero próximo a la vía existe una placa en una roca que en su día se colocó en memoria D. Vicente Mora Benavente, quien fue Presidente de los Amigos del Camino de Santiago de Córdoba, hoy recuerdo cuando se colocó aquella placa, plantando además varios pinos en sus inmediaciones, subiendo en coches garrafas de agua para su riego, no una sola vez si no bastantes, muchas fueron las personas que aquel día subimos y bien merece quien le conoció hacer una parada en recuerdo de aquella persona que destacaba por su bondad y sencillez.
Al entrar en Cerro Muriano observamos que está abierto al público el Bar Restaurante Los Pinares, tomamos la acera de la derecha y nos encontramos un bolsito en el suelo, pocos pasos más adelante iba caminando una señora empujando el carrito de la compra, era evidente que a esta señora se le cayó y no lo advirtió, con cierta perspicacia le preguntamos por su bolsito, se registró y ¡exclamó lo he perdido, era un bolsito negro donde lo más importante que llevo son las tarjetas¡ se lo enseñamos y le cambió la faz de la cara, pasando como un relámpago de la preocupación a la alegría.
Ya sin solución de mayor continuidad entramos a Casa de Bruno y nos refrescamos, tanto las partes exteriores como las interiores y en el autocar de las 11,30 h. regresamos a Córdoba, donde el generoso de Manuel Ponferrada con su tarjeta sacó el billete para los cuatro senderistas mañaneros quedando en volver a las andadas el próximo sábado.
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