Avrelivs-José Fernández Caballero
Julián Leal-Antonio Espejo López
Francisco Pacheco
Rafael Ábalos de la Haba
Antonio Rodríguez Jiménez
Antonio Moreno Palos
y Pedro González Muñoz.
LUGAR.-CRUZ DE JUAREZ.-
Para romper el clásico molde de todas las semanas y con objeto de contemplar los espectaculares saltos de agua tras el temporal de lluvias de todos estos días anteriores nos desplazamos a la Sierra en busca de aventuras.
Ya estábamos deseos de ver el arroyo Orejón en su confluencia con el Navahorcada y allá que nos dirigimos hacia más allá de la población de Villaviciosa.
Esta población dista 43 km. de la capital siendo el acceso de mayor frecuencia el que nos ofrece la carretera N.432 Granada- Badajoz de la que sale la A-3075 en el El Vacar-Posadas, atraviesa la presa del embalse de Puente Nuevo y llega al casco urbano de la población que lo atraviesa y continua a Posadas.
En torno a las 9,40 h. estábamos aparcando los vehículos junto a la entrada a un Cortijo cuyo rótulo indica llamarse LA MINA, se trata de un extinguido lavadero de mineral de Barita o Baritina; recuerdo que este tipo de mineral después de ser extraído de aquella mina, se transportaba en camiones a la estación inmediata de Espiel, donde el mineral era cargado vagones descubiertos de Renfe.
Naturalmente se habla de los años setenta y ochenta del anterior milenio cuando este tipo de mineral se cargaba en plataformas de las serie M-2 con carga máxima de 20 toneladas, llegando a facturar semanalmente un tren puro de bastantes vagones. Iba destinado a la estación de Málaga Puerto para su posterior transporte en barcos a países extranjeros, recuerdo que al dueño de la mina le apodaban el "Italiano", vivía en Villaviciosa; yo tuve el gusto de haberlo tratado y conocido en aquellos años de mi trabajo activo en Renfe, ya ha llovido bastante desde entonces, pero aquí estamos todavía para contarlo
Mineral de Barita |
Al no disponer de ningún tipo de material o guía de consulta he realizado alguna a través de Google respecto a las sierras y vertientes que rodean a este lugar de Las Chorreras del Orejón cercanas a la población de Villaviciosa.
Otros visitantes anteriores nos dicen que entre el punto donde dejamos aparcados los coches y Las Chorreras, estan rodeados al sur y al este respectivamente por las Sierras de las Tonadas y la del Esparragal, siendo ambas componentes del clásico paisaje serrano de Villaviciosa de Córdoba.
Nosotros dimos un corto y breve paseo por el carril que nos llevaría al lugar donde igualmente ya se podía escuchar a distancia la agradable sinfonía que bien podríamos definir como el gran rumor producido por las aguas de estos dos arroyos al despeñarse en cascada entre profundas depresiones y bordes escarpados, cayendo al fondo del barranco para ir formando en sus discurrir hermosos remansos y agradables pozas llenas de agua.
Ya animados por el espectáculo del primer impacto de aquellas chorreras aunque no tuviesen hoy el máximo esplendor de otros días por el descenso de las lluvias comenzamos a escalar entre los riscos buscando alturas y se van disparando las máquinas de fotografiar una y otra vez para los recuerdos de este día.
Ya casi alcanzada la cota de máxima altura comenzamos el descenso si bien con mayor cuidado ya que resulta algo más complicado e incluso peligrosa entre aquellos riscos en algunos sitios puntuales, ahora no se podría decir aquello de: Que pobre espectáculo ofreceré a quienes hasta mí lleguen y únicamente vean que no hay nada; fue todo lo contrario para satisfacción de todos, aunque no tuvo la espectacularidad como queda dicho de días anteriores con motivo del cese de las borrascas y de las torrenciales lluvias.
Tras recorrer el camino ya andado volvimos a los coches y en marcha nuevamente esta vez a la desconocida ruta llamada de Los Pilones según un Cartel Indicador a la entrada del desvío de aquella carretera A-3075, no fue muy fácil el tema del aparcamiento en aquel lugar pero se consiguió gracias a la pericia de los conductores, aquello era estrecho existiendo escaso margen de maniobras.
Descendimos bastantes metros hasta llegar a un arroyo que el amigo Pacheco nos dijo llamarse Bejarano, ante mi incredibilidad por existir otro con el mismo nombre de mucha importancia en la sierra de Córdoba, dijo que así figura en los mapas del Google Earth Pro y efectivamente así es, pero aquí le pondremos Bejarano II, para no confundir a las personas que lean esto y sean de Córdoba desconociendo a su primo hermano.
Hubimos de cruzarle desde una margen a la opuesta a través de un azud, o barrera hecha artificialmente; el amigo Julián Leal, se descalzó y así lo cruzó, los demás llegamos a poner a prueba una vez más las botas de goretex; el amigo Pedro González lo cruzó corriendo como un gamo.
Un inmenso bosque de eucaliptos hubimos de cruzar a través de una estrecha vereda que nos llevó a las ruinas de un antiguo molino que en sus mejores tiempos debió tener bastante importancia, este molino me recordó el que tenía Ana en la bilbaina población de Loiu, este de hoy es un precioso lugar lleno de pozas y saltos de agua, suponemos debe ser lugar propicio para la pesca de la carpa y del barbo pero desde luego mucho mejor para la práctica del senderismo rural que otra cosa a través de sus riberas
Llegado el momento de retornar a los coches y poner rumbo y marcha a Córdoba donde pusimos fin a esta vivencia habiendo visitado preciosos lugares durante una soleada y más bien fría mañana; sabíamos de la existencia de estos lugares pero que algunos de los asistentes nunca los habíamos visto salvo en las películas de bandoleros en el cine y en la tele.
¡¡¡HASTA OTRO DÍA!!!
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