

(Senderistas 10) Para hoy martes se había concertado con Juan Pastor,  hombre muy conocido en este mundillo del senderismo hacer la ruta Cerro Muriano-Córdoba, el  actuaría como rutero  dirigente y buen conocedor  de senderos  totalmente desconocidos  por nosotros y a  su vez  que permitieran no pisar el  asfalto.
     Según las previsiones era comenzar a caminar  a los 7,30 h desde C. Muriano para llegar a  Córdoba entre las 12 y 12,30 h. al objeto  que el inclemente sol justiciero del mes  juliano no mermara la facultades físicas de los caminantes,  ello suponía salir de Córdoba a las  6,30 h. en el autocar de línea,  así lo hicimos y a su llegada todos con  prestancia nos dirigimos  a Casa de Bruno  a fin de tomar un ligero desayuno. 
    A las 7,30 h. comenzamos a caminar para introducirnos por  la ruta mozárabe del Camino de Santiago, pronto abandonamos esta para seguir en  camino ascendente casi buscando el punto geodésico de Torre Árboles, a  corta  distancia quedó la bella  estampa  de la Ermita de Santa María de Los  Pinares, posteriormente había indicaciones en dirección al Cortijo de Villa  Alicia, a partir de aquí hubimos de pasar por senderos con cerramientos y  puertas metálicas para impedir el  paso  de motos y bicicletas,  en  definitiva  fuimos rodeando el punto  elevado de Torre Árboles por senderos  diversos que permitían salvar la  carretera  nacional Granada-Badajoz.  
    A escasa distancia de la  cota máxima de los 693 mts. nos detuvimos para  presenciar  esa altura del punto  geodésico  señalizado, no sin antes ver y  oler el lamentable estado de una charca infesta de aguas corrompidas que puedan  degenerar en enfermedades infecciosas   tanto a los animales  como a las  personas, poco después nos informó  Juan  Pastor,  nuestro guía que a nuestra  izquierda  y a escasa distancia de una  barrancada  entre pinares quedaba el  nacedero del Arroyo Pedroches, hicimos una foto que sirve para el recuerdo y  continuamos caminando, atrás quedó el Club de Golf, nos desviamos  hacia la carretera que conduce hacia el  campo  de aterrizaje  de las avionetas del Control de Incendios   Seprona a campo a través para no llamar  la atención e hicimos la   PARADA Y FRUTA bajo la sombra  protectora de una gigantesca encina,  muy  cerca estaba del Centro Formativo Andaluz de Apicultura, en otro barranco  impresionante visto desde arriba nacía el arroyo de La Ventilla y no muy lejano  el Barrionuevo.
     En la interminable y amplia bajada de  un cortafuegos este se fue estrechando  cada vez más hasta el extremo de solo  permitir el paso en fila de a uno en   resbaladiza bajada; las ruinas del cortijo La Ventilla nos anunciaba que  por fin habíamos descendido hasta la unión de los arroyos La Ventilla y Barrionuevo,  nueva parada para tomar un respiro y beber agua, el sol ya calentaba bastante,  ahora bien conocíamos estos terrenos, la Meseta Blanca  y su altura rocosa quedaba a la vista,  Herminio observó hasta cuatro probables buitres o águilas, no se distinguía bien  pero indudablemente eran aves de cierta envergadura que campeaban a sus anchas  por los entornos de la célebre meseta, después apareció a nuestra vista un  solitario senderista dotado de un paraguas negro para protegerse de los rayos  solares, un macuto y una alfombrilla, se trata de un viejo amigo senderista,   después  el Eucalipto anunciador que junto a él  discurría el arroyo Pedroches, luego a la pista donde todavía abundan en su  suelo trozos  de balasto silíceo que  sirvió para el  ferrocarril del AVE, ya  estábamos en terrenos de La  Trinidad, su fuente generosa emana agua en cantidad continua  donde nos refrescamos y repusimos las cantimploras, la Cueva clama por su limpieza,  posteriormente y  donde los arroyos  La Palomera y  Pedroche se hermanan, nosotros nos despedimos   efusivamente de Juan Pastor y su equipo de caminantes hasta una nueva  marcha,  nosotros atravesamos el de  La Palomera  para terminar como siempre una vez rebasado el Castillo Maimón y el barrio del  Naranjo.
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2 comentarios:
Quería preguntar por el senderista solitario que encontrasteis con su paraguas negro. Supongo que tendría gafas y barba poblada. Se debe de tratar sin duda de mi amigo Eduardo que le gusta mucho contemplar los animalles salvajes seguro que estaba avistando las aves que acababais de ver.
Efectivamente Manolo, se trata del que tu indicas y para mayor refeencia ya sabes que siempre va acompañado por su mujer, y no falla ninguna excursión de Pepe Aumente.
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