SENDERISTAS.-
Avrelivs-
Ponferrada- Gañán.
Cuando
ni los luceros del alba nos alumbraban porque estaba nublado me
dirigí a la estación de autobuses para tomar el de las 6,25 h.
destino Cerro Muriano, era todavía temprano las 6,16 h. marcaban
las agujas del reloj luminoso de la estación del ADIF, aunque
algunos le seguimos llamando RENFE, tal vez por la querencia y
costumbre después de tantos años de haber trabajado en ella, dí
una vuelta para ver los trenes desde arriba y pronto al autobús y a
las 6,25 h. en punto se puso en marcha.
En
la parada de Pepe el Gordo subió Manuel Ponferrada y Juan Gañán, a
las 6,50 estábamos en Cerro Muriano, nos fuimos derechos al Bar de
Bruno para darle los buenos días y saludarle, allí estaba el hombre
con el traje de faena puesto al lado de su resoplante máquina de
hacer cafés, cuando nos vio dijo en tono festivo ¡¡ donde vais
desventurados trotamundos, si todavía es de noche!!, le explicamos
nuestra marcha de hoy se echó a reír y salimos marchando.
Salimos
a través de la hermosa explanada que ha quedado después que hayan
desmontado las cinco vías que configuraban la estación de
ferrocarril, que hermoso lugar ha quedado y que amplitud para
instalar la feria, mercadillos, y demás eventos populares, esperemos
que alguna vez alguien se acuerde del tema pendiente respecto a la
VIA VERDE DEL MURIANO. Ahora ya no pueden decir nada respecto a abrir
la línea para que pase el tren.
Esta
estación me hizo recordar otros tiempos del pasado ferroviario,
cuando era poco más o menos que una aventura heroica subir al
Muriano con un tren remolcando cuatrocientas toneladas con aquellas
decimonónicas locomotoras de carbón de la serie 400, parecía que
se iban a desarmar con sus traqueteos y resoplidos, el día que había
caído escarcha sobre la vía patinaban sobre los carriles como si
fuera aquello una pista de patinaje, los fogoneros multiplicaban sus
esfuerzos echando paladas de carbón sin cesar al hogar de la
máquina a fin de subir la presión para remontar la célebre cuesta
de la Mocha, una vez salvada esta rampa ya sería todos más fácil,
casi un deslizamiento hacía la estación de Cerro Muriano.
Cruzamos
la población todavía de noche para bajar por el camino de Los
Pañeros hacía las ruinas del muy antiguo complejo minero
alumbrándonos con la luz que proyectaban los teléfonos móviles, la
singular Piedra Horadada solo se veía su silueta pareciendo como un
fantasma en la noche.
Descendimos
hasta abajo para entrar por terrenos con cierta humedad donde abundan
los juncos y las adelfas, dicen que por allí discurre el arroyo de
Las Minillas, poco después pudimos oír el rumor de sus aguas, hay
una cancela abierta que permite el paso y nos indica Coto Privado de
Caza, es un largo sendero que a medida que vas dejando kilómetros a
tras van apareciendo desvíos a izquierda y derecha, va amaneciendo
ya hay alguna luz diurna aunque el sol todavía se resiste a salir
por el este, en la lejanía observamos la presencia de la finca de La
Armenta Baja, posteriormente la Vereda del Gallo.
Por
fin el disco solar hizo su presencia, no obstante cuando pudimos
hacerle la foto ya lucia con mucha fuerza, anteriormente no pudo ser
al impedirlo la morfología del terreno, después tuvimos ocasión
varias veces de oír berrear a los ciervos siendo evidente que ya
comienzan a entrar en celo.
Pasamos
por el puente sobre el arroyo Guadalbarbo que viene del término de
Obejo, allí abundan los carrizos, las junqueras y las adelfas pero
está completamente seco.
Al
llegar al desvío sin señalizar que permite a derecha caminar hacía
La Alcaidia y a izquierda hacía Las Colas del pantano Navallana y
Finca de la Tierna, optamos por este último, tras mucho caminar
entramos hacia el sendero por una cancela cerrada mediante un pasador
desprovista de candado.
Tras
caminar por estas tierras por espacio de una hora y media nos
detuvimos a la sombra de una encina para tomar la pieza de fruta
cuando ya damos vista a las colas del Navallana, una bonita estampa
desde la lejanía ofrecían sus azules aguas, hicimos algunas fotos y
continuamos.
Este
sendero finaliza en un amplío terreno de dehesa donde llama la
atención la blancura de una bonita casa de campo, a la salida
existe una puerta metálica con candado, estaba cerrada, llegó una
señora o señorita montada en un coche todo terreno nos saludó,
abrió el candado y la puerta y salimos dando las gracias sin mediar
palabra alguna.
Salimos
a la carretera que va a la finca de la Tierna y a la barriada del Sol
de Alcolea tomamos esta última dirección, observando la gran
cantidad de esparragueras que hay a ambos lados del camino y tomamos
nota en la agenda para cuando llegue la temporada.
En
un huerto de la barriada el Sol pudimos retratar y probar los frutos
de un árbol no muy común como es el AZUFAIFO O JINJOLERO, los
jínjoles sobresalían por las tapias de la finca hacia el camino y
nos dudamos en hacer algún acopio al menos para degustar su sabor.
Tras
cruzar la Barriada del Sol, el Canal Guadalmellato y el Paso Superior
de la vía del tren pudimos escuchar como si fuera un rugido el paso
de un tren AVE, Juan Gañán se había desplazado a la huerta de
Joaquín a comprar tomates.
A las 11,40 llegamos a Alcolea dirigiéndonos al bar Buggi-Buggi cuya dueña ya nos conoce de otras veces, le pedimos los adminículos para hacer la ensalada, pronto quedó aderezada y cayó estupendamente acompañada de unas pintas de rubia cerveza, en el bus de las 12,30 regresamos a Córdoba dando por finalizada la marcha de hoy.
¡¡¡ HASTA
OTRA !!!
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