PARTICIPANTES DELGRUPO "RAILES".-
Juan Pastor Ayllón- Fernando,
Juan Gañán Bejarano-
Antonio Rodríguez Jiménez-
Juan Gañán Bejarano-
Antonio Rodríguez Jiménez-
Aurelio Martínez Navarro.
Juan Ruiz Lopera
SALIDA PREVISTA.-8 H.
NÚMERO TOTAL DE PARTICIPANTES EN LA MARCHA.-Ciento setenta, con independencia del personal encargado de la coordinación y dirección de la marcha.
Después entrega bolsas de regalos y con los primeros clareos del día iniciamos la marcha saliendo desde el Edificio de Servicio de Usos Múltiples del Ayuntamiento de Villafranca de Córdoba en fila de a cuatro hasta cerrar el grupo e ir marchando por el Camino de La Cobata para pasar por las inmediaciones finca Los Mugrones, llama la atención desde la distancia dos enormes eucaliptos que custodian su portada, por el camino de Los Almendrillos nos alcanzaron algunos automóviles cuyos conductores iban a pasar un día de cacería en alguno de aquellos cotos.
¿Adónde vais pecadores de la pradera?, alguien de los caminantes dijo...
A la montería de la finca La Dehesa del Barco, le respondieron; sin duda había muy buen ambiente entre el personal bien dispuesto a pasar un día a lo grande por aquellas sierras.
El pantano del Guadalmellato nos hizo acto de presencia desde la distancia en alguna que otra ocasión, también lo haría la traza del ferrocarril del Ave y el rugido de sus trenes, seguimos adelante hacía la finca del Rincón, luego el Puerto de los Riscos, no se si estaremos o no acertados pero creemos que fue en La Ventilla donde a las 9,30 h. a los pies del Cerro del Palo nos detuvimos en una amplía campa llena de verdor y encinas para tomar el desayuno molinero, este consistió en un bollo de pan recién salido del horno con aceite y un café con leche calentito, que nos hizo subir los ánimos y ya alentados nos encontrábamos dispuestos a decir "jaspe, jumo, y arre, cuando el rutero de la orden"
Sobre 10,05 h. reanudamos el camino en busca de la dura subida que supone la “Sierrezuela”, esta limita con la población de Adamuz pasando a su vez por el lugar conocido como la Mesilla de Cristal, aquí ya empezaron a caer unas tímidas y frías gotas de lluvia la que sería una constante durante todo el tiempo que duro la travesía, pero nada les importó a estos avezados caminantes por cierto muy acostumbrados a sufrir las penitencias que los rigores del tiempo suelen imponer.
Al llegar a la altura de las antenas de Telefonía, Radio y TV se cambió de dirección pasando por las proximidades de viejas trincheras y búnkeres de la Guerra Civil,
Gracias a la puntual información de Juan Pastor pudimos informarnos de todo aquello destacable que a la vista nos aparecía ya que los de este grupo éramos desconocedores de todos aquellos parajes, muy atractivo resultó el Parque Forestal, donde existen instalaciones para peroles y unas magnificas vistas, y seguimos caminando sobre los senderos de aquel Parque Forestal, para detenernos en las proximidades de la Casa del Guarda donde hubo avituallamiento consistentes en frutos secos y naranjas para reponer glucosa y energía y proseguimos la marcha.
El Rutero coordinador del grupo de cabeza precedido de un perrito de color negro, tuvo que intervenir en más de una ocasión para poner freno a esos muchachos tendentes a rebasar la línea permitida, le dimos demasiado trabajo en una fría y lluviosa mañana y desde aquí le pedimos disculpas.
Unas mesas bien dispuestas y estudiadas para dar de comer al contingente de esta marcha nos esperaban, la comida consistió en un buen arroz con carne, pan, agua y postre.
A la finalización de la comida hubo entrega de premios.
El Alcalde de la población entregó al miembro de menor edad una copa conmemorativa y por el delegado de deportes de la Diputación Provincial igual trofeo al participante más veterano, recayendo en el compañero de nuestro Grupo "Raíles" Aurelio Martínez Navarro.
Se cerró el acto con unas palabras de agradecimiento por nuestra asistencia y colaboración económica, así como por la entrega de los productos alimenticios no perecederos, destinados a esos niños saharauis, tan necesitados en estos tiempos que vivimos.
El amigo Antonio Rodríguez puso el coche en marcha y regresamos a nuestro domicilios de Córdoba, contemplando desde el coche como arreciaba la lluvia, pero esta nunca fue motivo que impidiera haber pasado un magnifico día al aire libre, caminando y respirando aire puro.
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