SENDERISTAS.-
José Romero Poyato
Aurelio Martínez Navarro
Félix García Carrasco-Antonio Corpas
Guillermo Medina Gómez- Manuel Borrego Centella
Manuel Molina Doblas-Juan Gañan Bejarano.
BLOG: Jermitas
A la hora de costumbre 8,05 h. salimos marchando camino de la sierra cuando el termómetro marcaba cuatro grados bajo cero, no estamos acostumbrados por estas latitudes a que el frío castigue con tanto rigor, no obstante pronto entramos en calor caminando a paso ligero hacia la Avenida de la Arruzafa, continuación por el senderillo del antiguo Convento de San Francisco para luego entrar por la calle Mejorana y el bosquecillo del Patriarca, después subiríamos dirección a las Ermitas a través de la Cuesta del Reventón, mientras otros lo hicieron por la Cuesta de Los Pobres.
A las 9,30 h. hubo reagrupación Parada y Fruta en la carretera C-3314 en el lugar de siempre, donde ya hasta daba gusto tomar sol mañanero, tanto que prolongamos la parada algo más de la cuenta hablando y comentando.
El vegetariano Manuel Molina, ya come jamón, pero solo ha de ser de patanegra, de ahí pronto pasamos a lo rico que está el jamón de bellota y el de recebo, también recordamos las antiguas matanzas del cerdo en el pueblo, donde al animal lo inmovilizaban entre muchos vecinos hasta conseguir atarlo de patas y manos para después colocarlo en todo lo alto de una mesa más bien baja, el pobre porcino daba unos
JUAN en su pueblo |
alaridos que bien se enteraba la barriada entera había matanza, después le hincaban un enorme cuchillo en el pescuezo y le sacaban la sangre, esta iba cayendo sobre un lebrillo para hacer la morcilla, después se proseguía con el chumarrascado y luego el despiece, la vecindad se afanaba picando carne mezclándola con distintas especias para hacer el chorizo y la morcilla; ya paro de contar no vaya a ser que alguno le entre la ictericia y se tenga que ir al río a ver el agua pasar, dicen que eso es bueno para rebajar la acumulación de pigmentos biliares en la sangre.
Después de la sesión de la matanza del cerdo, continuamos caminando adelante, salvo Manuel Borrego que se fue a las Ermitas a la espera de otros dos caminantes.
El automóvil de la Consejería de Medio Ambiente y Agua, nos dio alcance hasta dos veces en nuestra marcha hacía el Lagar de la Cruz, siendo evidente que ejerce vigilancia, eso está muy bien, hay mucho desalmado por ahí suelto que, hasta por romper, rompen la señalización de los caminos.
A las 10,30 h. llegamos al Lagar de la Cruz donde mucho nos llamó la curiosidad por la detención de un automóvil, este hizo un ruido semejante a los chirridos de los ejes mal engrasados de una vieja carreta, al momento se apeó el conductor que en este caso fue conductora, comenzó a mirar entre las ruedas delanteras, Juan Gañán, dijo vamos y al momento dio con la tecla, se trataba de los frenos, estos al parecer solo frenaban al roce de hierro contra hierro, por lo que la conductora telefoneó al mecánico, la chica dio las gracias y continuamos.
Al pasar junto a las collejas de Antonio Corpas en Las Piletillas, pudimos comprobar que están creciendo lastimosamente debido a la fuerte sequedad, le echamos la poca que a la botella le quedaba, quedando en llevar para la próxima vez una botellita cada uno para su riego, continuamos adelante hasta adentrarnos por el desfiladero de los madroños junto al cauce seco de la rivera del arroyo, que no ribera maestro, porque entonces sería del río y por allí no pasamos.
Al pasar junto al Cortijo de Los Morales, Félix encontró una cantimplora con agua, esta indudablemente fue extraviada por algún ciclista, la colocó en lugar visible y continuamos hasta llegar al laurel que ofrece sus ramas hacía la calle Portocarrero, le fue cortada alguna ramita para la buena suerte que dicen suele producir y también para la buena condimentación del guiso.
Al llegar a la casa nº 7 propiedad del amigo Salazar, le hicimos una llamada para que nos diera los limones prometidos, este no estaba, otro será hermano y continuamos para finalizar en la Ada. del Brillante a las 12, 30 h.
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