(Senderistas 4) Hoy había quien sentía añoranza y deseo por visitar las Ermitas, hacía más de un mes que dejamos en el olvido esta ruta, pues venimos utilizando con mayor frecuencia otros senderos muy propios para este tiempo veraniego, al estar protegidos por el bosque de galería y de ribera, de modo que a las 7,35 h. con esos cinco minutos de propina por si aparecía algún retrasado pusimos los pasos hacia La Castilleja para subir por la Cuesta de La Traición. Nos llamó la atención cuando desde la distancia y en pleno campo y cerca del Cerrillo observamos dos personajes en cuclillas, unos decían eso es que un tío está “cagando” al lado está su mujer, otros indicaban están colocando una tienda de campaña, clavan estaquillas para después poner la sujeción el pabellón o tienda; yo ya viejo avezado en estas cuestiones, dije no, estos lo que están colocando en el suelo es una red de abatimiento para la caza de especies diversas ornitológicas. Y desde la distancia se confirmó lo que al principio tan solo era una hipótesis.
Bien sabemos aquellos que en otros tiempos anduvimos practicando este tipo de cacería, cuando estaba autorizada mediante los consiguientes permisos de los que aún conservo los documentos y precintos.
En los actuales tiempos que vivimos este tipo de cacería está prohibida salvo en aquellos casos que dispusieran de alguna Licencia conocida como SILVESTRISMO, pero además, en algunas Comunidades los cazadores tienen que ir acompañados de un agente del SEPRONA o de MEDIOAMBIENTE, no era cuestión de nuestra competencia directa hacer comprobaciones, si bien hubiese sido acertado hablar con estos cazadores en tono festivo, tan solo haciéndoles creer lo muy divertido que era meter en prisión a los inocentes pájaros a fin de educarlos al canto o hibridaciones con otras razas.
De este modo se hubiese podido deducir si eran o no pertenecientes a los muy numerosos furtivos que no tienen saciedad, ni piedad con los volátiles pájaros, ellos deben de ser portadores de los precintos y permisos que la Junta de Andalucía concede para cazar el mínimo minimorun de cada especie, y con algo de perspicacia nos podríamos haber enterado, ¿pero de que vale las complicaciones de vida? Tan solo para disgustos innecesarios.
Al llegar a la Fuente de La Raja nos detuvimos para contemplar con admiración que todavía su chorro es muy generoso, quien lo diría tantos años seca, como un bacalao, y ahora está hecha una moza lozana de abundante y fresca agua, que alegría ver como salió de su sequedad, ¿cuánto nos vas a durar, y quien se aprovechara de tu acuífero, ya denunciado unas pocas de veces y cuyas cartas dirigidas al Diario Córdoba conservo?.
Al Lagar de La Cruz llegamos, en el sitio de costumbre hicimos PARADA Y FRUTA, para después encaminarnos dirección LAS ERMITAS, en este corto y escaso trayecto nos encontramos con Antonio Moreno Palos, quien al vernos se volvió con nosotros a Nuestra Señora de Belén, en ese momento y ante el pórtico de entrada había un grupo de visitantes y no pasamos más allá de donde se encuentran los botijos, pronto salió el hombre ordenado para celebrar el sacrificio de la misa, al parecer se llama José, hombre amable y amigo de la conversación espontánea, pero que pronto averigua por la psicología de los muchos años de sacerdocio de aquellas personas insumisas y que no aceptan con facilidad ser de la grey, ni adorar ídolos de cartón piedra o escayola, ya lo antiguos griegos, romanos y cartagineses fueron maestros inventores en este tipo de adoraciones, que yo detesto tachándolos de contumaces y fanáticos idólatras, bajo la capa protectora de algo que va mas allá de la comprensión ciudadana simple y sencilla del pueblo educado para estas cosas.
Nos despedimos con cordilialidad del sacerdote José, no sin antes haberle prometido prestarle un libro que trata de los eremíticos murcianos de LA LUZ en plena sierra de Carrascoy, que yo con cariño guardo por algún sitio del trastero, ahora tendré que remover lo removible hasta dar con el, pues para mi lo prometido es deuda.
Después de haber dejado atrás la Cuesta de los… entramos por el bosquecillo del Tablero, las cigarras cantaban con mucha fuerza por las altas temperaturas, pero más altas y con prisas las habría en un coche blanco que se había introducido en pleno bosque donde practicaban el sexo un macho y una hembra; en opinión de Manolo Borrego, eran jóvenes, estos no se habían privado de hacerlo con el aire acondicionado del coche puesto, yo le respondí hacen bien, para que andarse con remilgos y soportar calores pudiendo disponer de otras comodidades adicionales que la evolución de los tiempos ha puesto a nuestra disposición.
Llegados a nuestra finalización de etapa en el Barrio e la Huerta de la Reina nos despedimos hasta el próximo sábado.
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